San Salvador Atenco, Méx. Zacapoaxtlas y franceses se enfrentaron en San Salvador Atenco, donde escenificaron la Batalla de Puebla. En el centro del municipio mexiquense detonaron los cañoncitos hechos de madera, llantas de acero y cargados con pólvora, que retumbaron en todo el primer cuadro.
Los campesinos de Atenco salieron a demostrar que aún conservan sus tradiciones y aunque echaron abajo el proyecto de construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en sus tierras de cultivo, seguirán en lucha si ganara la presidencia Xóchitl Gálvez, quien pretende reactivar la terminal aérea en esa región de Texcoco.
Los zacapoaxtlas portaban pantalones de tela, sombreros de palma y rifles. De negro se pintaron sus rostros y hasta traían patas de pollo en la boca. A la vieja usanza portaron sus machetes, los mismos que se convirtieron en el símbolo de su movimiento que inició durante los sexenios de los presidentes Vicente Fox Quesada y de Enrique Peña Nieto para impedir la edificación del NAIM.
Los franceses portaron trajes color rojo y azul, como la bandera de ese país europeo y sombreros altos, además de que llevaron consigo pistolas y espadas.
Los dos ejércitos accionaron decenas de cañoncitos en la explanada de San Salvador Atenco. Después, los miembros de los dos bandos acudieron a la iglesia del poblado para pedir al santo de Esquipulas protección para la batalla.
Luego franceses y Zacapoaxtlas se enfilaron al Parque de Los Ahuehuetes donde se llevó a cabo una intensa batalla. De ambos lados lanzaron cañonazos y el enfrentamiento pasó cuerpo a cuerpo a ritmo de baile con la tradicional chirimia.
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“Esto significa que honramos la memoria de nuestros abuelos que lucharon en el Ejército de Oriente contra esos gusanos rojos, esos güeros y es en memoria de nuestros abuelos. Esto es una forma de resistencia de nuestras tradiciones y del idioma náhuatl y recordar nuestra resistencia como libraron desde hace muchos años”, dijo Juan Francisco, comandante de los Zacapoaxtlas.
“Esta representación es del pueblo que ya viene de años, de nuestros ancestros y que seguimos conservando, yo desde chiquito participo en esta representación y es fundamental seguir con la tradición de la batalla entre Zacapoaxtlas y franceses”, comentó Arnulfo Pájaro, otro de los habitantes de San Salvador Atenco.
“Esta escenificación significa conservar nuestras tradiciones de nuestro pueblo, así como lo hacían nuestros abuelos, y es para darle a conocer a toda la gente que Atenco es un pueblo de tradiciones, es un juego peligroso, pero muy bonito y recordar la lucha de varios hombres que fueron a dar la vida a Puebla y tener memoria y es fundamental participar en estas tradiciones y resanar un poco el tejido social que se ha estado perdiendo”, narró Julio César Morales Ruiz, comandante de los franceses.