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Pese a la reciente cancelación de Sálvame, María Patiño sigue siendo protagonista en Telecinco con su programa «Socialité«, convirtiéndose en uno de los programas más destacados del mundo del corazón. Desde su estreno en 2017, este espacio se ha convertido en la cita obligada de las mañanas de los fines de semana y los festivos para los amantes del entretenimiento y la crónica social.
En estos años, el formato se ha caracterizado por adentrarse en la vida de personajes célebres e indagar en sus escándalos, amores y desencuentros. La presentadora propone historias entretenidas y ofrece un análisis incisivo de los sucesos más relevantes del panorama social.
El éxito del programa recae, en gran medida, en el protagonismo de María Patiño. Su experiencia y conocimiento del mundo del espectáculo, además de la fama que se ganó en Sálvame, convierten a la gallega en una referente de este mundillo. Tanto es así que sigue siendo un rostro importante en Telecinco tras la cancelación del que era el programa estrella de la cadena.
Socialité no se limita a ofrecer meros chismes. Mezclando actualidad y controversia a partes iguales, se abordan temas desde diferentes perspectivas, generando debates y reflexiones en torno a los sucesos más relevantes del mundo del espectáculo. Los colaboradores especializados y las diferentes secciones entretienen las mañanas de los espectadores más curiosos de Telecinco.
La geografía no suele ser el fuerte de los personajes más reconocidos de la televisión. Al menos no el de María Patiño y Arnau Martínez, que tuvieron un importante patinazo a la hora de ubicar la localidad alicantina de Jávea.
Todo empezó con unas imágenes de Jason Fernández y María Pedraza disfrutando apasionadamente en una cala. La presentadora gallega quiso saber dónde estaban y el colaborador no lo sabía… así que el pinganillo tuvo que acudir al rescate.
«Me están comentando que en Italia», creía estar escuchando Arnau. Pero no. «Xàbia. Yo qué sé, María. Sábea. Sábea. Sá-be-a», dijo. «¿Dónde está Sá-be-a?», quiso saber Patiño… hasta que por fin cayó en la cuenta: «Me estás diciendo Jávea. Jávea en España, ¿no? En Alicante, contras». Un minuto les costó caer en la cuenta.